domingo, 12 de enero de 2014

Querendona

No recuerdo cómo empezamos, porque odio los inicios y el esfuerzo brutal que hago para que su atención este solo para mí, SI recuerdo cómo era él conmigo. Era un 'Hola linda' adoraba que me dijera así, era el 'Buenos días' para cambiar mi mal genio de las 6am, era el 'Medio día' más corto, era la 'Media tarde' perfecta para interrumpir mi jornada de gimnasio, era ese ‘Buenas noches’ arruyador, era seco, era él y era yo,  pero NO era mi novio, no era mi kind of man, no era dulce, no era el que me iba a patrocinar mi delirios de princesa rosada, no era azul, no era perfecto, no era para mí y yo no era para él.

Nos perseguíamos con llamadas no habituales y nunca nos dejamos arrastrar por la rutina, me complacía en silencio, estaba lejos, pero lo que más feliz me hizo fue su forma de apresurar y cortar la distancia.

En mi enciclopedia de historias fantásticas (como la nuestra) está toda mi banco de anhelos amorosos  eso me hace sentirme viva y respirar posibilidades cada vez que una de ellas tiene su fin. Y aquí estaba nuestra historia y era el momento de vivirla.

Y cuando te conocí a ti no pensé que iba a quererte para algo más que esa amistades que se tienen cariño, un tanto de confianza pero sobre todo deseo. Furtivo y apasionado,  luego quise quererte solo para un par de noches de risas y sexo desprevenido. Para mensajes superficiales, llamadas banales y jugar a ver quién escribía o quién llamaba o quién invitaba. Pero entre juego y juego, y después que todo esto pasó, ahí estaba yo, desarmada e inevitablemente queriéndote.

Empecé a quererte y no tuve vuelta a tras,  te quiero para incluirte en mis planes sin cumplir, en mi mano para ir volando al lado tuyo, en mis sueños para hacerlos realidad, en mi cocina para que me pases los ingredientes cuando intento preparar algo,  en mi cuarto para que duermas conmigo,  en mi corazón para quererte más.

Te estoy queriendo noche y día, madrugada y amanecer, para saborearte a besos y susurrarte al oído las palabras más dulces y sucias que has oído, te quiero para levantarnos un domingo e ir a la ciclovía, para inventar sabores de críspetas y ver películas juntos, te quiero para volver a Paris.

Te quiero sin control y sin decírtelo, te quiero sin haber querido, te quiero sin ser mio y no me duele, te quiero sin pensarte desde que nos abandonamos en Roma. 

Porque aquí estoy.

Queriéndote para mandarte a la mierda e irte a buscar. Para soñar, bailar, amar y disfrutar.
Queriéndote para olerte y hacer que quieras hacer cosas diferentes. Para ir de compras, para deslizarme en tu cuerpo, para vivirte intensamente y para querer matarte otras veces.

Queriéndote porque en mi historia eres mío y en un pedazo de tu corazón yo soy tuya.







No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentemos juntos

Maestria en el amor

Era el verano del 2016, cuando te acercaste a mi y si mucha introducción me pediste mi numero de celular. Tiempo después, cuando ya los beso...