Las temporadas, algo propio de cierta época, no de manera
permanente. Así se vive el amor o ¿no? La necesidad de que te abriguen el corazón en
el invierno, la felicidad de mirar el cielo desde un campo florecido en una primavera llena de colores, las tristezas que arrastran las hojas de esos
otoños, las ganas de desnudar el cuerpo y el alma por el calor de un verano. El
amor no tiene nada de diferente a la naturaleza, a la simplicidad.
Yo necesito de muy pocas cosas para enamorarme y pareciera que no, pero eso es algo que me
sale por los poros y me florece en el alma. Me encanta enamorarme una y otra
vez, variadito. Enamorarme profundamente
de todos y finalmente de ninguno. Es muy casual que ha este punto crea
que estoy estudiando para poder merecer un buen marido y tener un hermosa
familia, adoro esa idea. Estoy en un verano desnudo, pleno y soleado con
historias llenas de amor y nada de sufrimientos verdaderos.
Volverme cursi, loca y ridícula es una de mis actuaciones
favoritas y también volverme fuerte, indiferente y maldita, puede parecer esto último
un atrevimiento, pero también es un sentimiento.
Mi mejor amiga y yo somos de esas buenas, de esas malas, de
esas sabrosas, ella más cursi que yo. Y todos sus amantes y los mios pasan por
un perfecto examen de rayos x, pobres estúpidos mueren a punta de dardos, de acusaciones
malditamente hermosas y divinamente sangrientas, un sinfín de llamadas por cada
mirada en la que creemos encontrar el amor de nuestras vidas “amiga no sabes
anoche lo encontré, es perfecto, besa divino, abraza hermoso” “amiga hoy lo vi,
ya no es igual, pero sin duda me encanta” “me escribió, pero no le voy a
responder, ese maldito tiene que entender que yo soy más maldita que él” “pobre
estúpido cree que boto la baba por él” “ya lo olvide amiga, anoche Felipe me
abrazo mejor”. Y así intensamente varían las temporadas.
Nuestra última temporada ha sido a 180 grados de perfección,
ella sólo me llama a decirme que ha tenido las noches más perfectas de siempre
y es que nosotras amamos las noches y los buenos días, las tarde se hicieron
para extrañar los cuerpos y planear las noches, pero a apropósito tengo días
que no la escucho debe estar teniendo sexo sin control y respirando de una primavera
llena de colores, espero que no me llame
por todos estos días sería una buena señal. La temporada anterior estuvo con un
hombre de moda, perfectamente sexy, ese no podía faltar en su lista porque yo
la aniquilaría es necesario y básico saber a qué saben esas cosotas ricas, me
dijo que fue divino todo, pero que se acabó rápido, fue un invierno muy frío y
que se abrigaron hasta que les llego el verano, al mismo tiempo yo estaba en el
verano más intenso de mi vida con otro hombre perfecto, pero yo termine mejor
que ella porque él y yo alcanzamos a vivir todas las estaciones en corto
tiempo.
Ella sabe que amo sus historias y ella ama las mías siempre
me dice que lo que a mi me pasa solo podría pasarme a mi y yo le creo ciegamente.
Que pereza esa temporada en la que planeamos que en la próxima, el que llegara iba a ser el papá de nuestros
hijos, fue demasiado aburrida, citas en la casa, nuestros padres, familiares,
vecinos y ni hablar de las urracas enemigas del pueblo especulado si eran feos
o bonitos, si nos eran fieles o nos cachoneaba cada fin de semana en una fiesta
sin nosotras, si su ex era más lindas o
nosotras éramos menos lindas ¿cierto
amiga?; por eso digo que no hay arma más peligrosa que saber de hombres, porque
lo que esas no sabes es que ya para todo eso nosotros teníamos una next o plan
b,c,d si eso llegaba a pasar.
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