Lo
que me mata tiene nombre y apellido, además me coge la mano como nadie
¿Y lo quiero? Pues bueno de a
ratos, pero esos ratos son los más felices de mi vida, se me olvida hasta la
existencia de los domingos, yo a usted me lo sé de
memoria y lo repaso diariamente, con mis
ojos cerrados, con mi boca, con mis manos, con cada célula.
No quiero curarme de ti en unos días, quiero
fumarte, beberte, pensarte, imaginarte, cogerte, morderte, ponerme encima y
luego debajo. Es posible, yo no sigo a la moral de turno. Yo receto mi tiempo,
mi abstinencia, mi soledad. ¿Te parece bien que te quiera más de una, dos o
tres veces? No será mucho, ni muy poco, será suficiente. Así, podemos reunir
todas las palabras que se han pronunciado sobre la tierra para prenderles
fuego, calentarnos con ganas quemadas, y también silencios, porque las mejores
palabras, están entre dos personas que no se dicen nada. Debemos quemar
también, otro lenguaje lateral y subversivo (tú sabes cómo te digo que te quiero conmigo) cuando
escribo: “qué frío hace”, cuando entre
estas paredes, al lado de la gente, de mi propia presencia, te he dicho “no puedo dormir”, (tú sabes que decía, te quiero aquí conmigo).
Una semana más para reunir todas las ganas de tiempo. Para dártelas. Para que
hagas con ellas lo que tú quieras, guárdalas, acarícialas, tíralas por la
basura. No sirven, es cierto. Somos lo
más común entre los comunes y el resto del mundo es extraño. Somos típicos y
claros entre nosotros. Somos justo lo que queremos. Te necesito para una provocación rápida, cómplice
y simple. Te quiero, pero no como definición textualmente amorosa, te quiero
para mí y eso es muy diferente. No quiero momentos para entender las cosas,
porque si esto ya es muy parecido a estar saliendo de un manicomio para entrar
a un panteón, gloriosamente puedo acampar por el restos de días ahí.
Esta historia es
bonita porque no tiene mucho sentido, por eso es tan complejo escribirte, por eso negocio con la razón la idea de tenerte, de vivirte, porque
uno escribe de lo que no entiende y del amor en cualquier nivel de existencia
nadie tiene idea absoluta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentemos juntos